Daniel Fainstein (Ciudad de México, México)
Sobre el autor
Daniel Fainstein es Decano y profesor de Estudios Judaicos en la Universidad Hebraica de México. Doctor en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM, ha sido docente y asesor en instituciones académicas de América Latina, Europa, Israel y EE.UU. Sus investigaciones abarcan pensamiento judío, sociología de la religión y la vida judía contemporánea. Es autor de varias publicaciones sobre estos temas, entre ellas: Judaísmo, Derechos Humanos y Espiritualidad (2013) y Ser judío en América Latina (2022).

Introducción
Hace exactamente 40 años, en la revista Rumbos publicada en Jerusalem, el Profesor Shalom Rosenberg Z"L ーun destacado experto en pensamiento judío de la Universidad Hebrea de Jerusalénー publicó una especie de entrevista imaginaria con Maimónides, en la que le hacía preguntas sobre temas actuales. Rosenberg, un gran sabio y académico, era conocido por su capacidad para proponer modelos explicativos sumamente claros sobre los temas que investigaba, combinando rigor intelectual con una profunda sensibilidad educativa.
Siguiendo el camino trazado por este gran investigador y educador, hemos generado estas cartas sobre temas de actualidad en el espíritu de Maimónides y Yehuda Halevi. Este recurso heurístico nos permite acercarnos a su pensamiento, a la vez que abre un espacio de diálogo entre la sabiduría clásica y los desafíos del presente.
Maimónides y Yehuda Halevi fueron figuras fundamentales del pensamiento judío medieval que también vivieron en una época de grandes crisis, de «choque de civilizaciones» y de profunda incertidumbre para el pueblo judío. Sus vidas y obras se desarrollaron en el contexto de la intensa interacción y confrontación entre el mundo islámico y el cristiano, así como en un período de inestabilidad política, persecuciones y transformaciones sociales. Halevi vivió el declive del dominio islámico en la península ibérica y presenció la llegada del poder cristiano en la Reconquista1, lo que marcó un cambio drástico en la situación de los judíos de Sefarad. Maimónides, por su parte, experimentó la persecución almohade en Al-Ándalus, lo que lo obligó a una vida de exilio que lo llevó desde Córdoba a Marruecos, a la Tierra de Israel y finalmente a Egipto. En este contexto, ambos pensadores intentaron dar respuestas filosóficas, espirituales y políticas a un pueblo judío en constante crisis, reflexionando sobre su identidad, su lugar en el mundo y la relación entre la fe y la razón.
Para realizar este trabajo hemos recopilado información sobre ambos pensadores y sus cosmovisiones, que representan dos modelos filosóficos fundamentales dentro del pensamiento judío medieval. Esta distinción ha sido explorada en profundidad por diversos estudiosos del pensamiento judío como Harry A. Wolfson, Julius Guttmann, Leo Strauss, David Hartman, Moshe Halbertal, Colette Sirat, Joel Kraemer y Menachem Kellner, entre otros.
Dos modelos filosóficos en la Edad Media: Maimónides y Yehuda Halevi
Maimónides (1138-1204), rabino, filósofo, médico y codificador, es el gran exponente del racionalismo judío. Su obra maestra, Guía de los Perplejos, intenta armonizar la razón aristotélica con la revelación bíblica, argumentando que la fe y la razón no deben estar en conflicto. Para Maimónides, el judaísmo es una religión que exige el desarrollo intelectual y la perfección moral del ser humano a través de la adquisición del conocimiento y el ejercicio de la ley.
Moshe Halbertal, en su obra Maimonides: Life and Thought, explora la evolución del pensamiento de Maimónides, subrayando el papel central del conocimiento y la contemplación como el más alto objetivo humano dentro del judaísmo. Halbertal destaca la tensión entre la universalidad del pensamiento filosófico de Maimónides y su compromiso con la particularidad de la ley judía.
Menachem Kellner, en Maimonides on Judaism and the Jewish People, argumenta que la visión de Maimónides sobre la identidad judía está profundamente influenciada por su universalismo filosófico. Según Kellner, Maimónides no veía al judaísmo como una identidad étnica o nacional, sino como un sistema racional de vida basado en la Halajá (Ley Judía) y el monoteísmo ético.
Yehuda Halevi (1075-1141), poeta y filósofo, representa una visión más existencial y nacional del judaísmo. En su obra El Kuzarí, Halevi enfatiza la experiencia vivencial y espiritual de la fe, contrastando la filosofía especulativa con la realidad concreta de la revelación y la vida judía en la Tierra de Israel.
Leo Strauss, en su estudio sobre El Kuzarí, ve en Halevi un representante del antirracionalismo judío. Para Strauss, Halevi cuestiona la premisa de que la razón humana es la vía suprema hacia la verdad, proponiendo en su lugar la revelación divina y la particularidad del pueblo judío como los verdaderos fundamentos del conocimiento.
Colette Sirat resalta en su estudio la importancia del pensamiento de Halevi en la configuración de la identidad judía, especialmente en su énfasis en la Tierra de Israel como el centro de la vida religiosa judía.
Estos dos modelos ofrecen marcos de pensamiento distintos pero complementarios para reflexionar.
Enfrentar tiempos inciertos exige creatividad y la capacidad de aprovechar los recursos tecnológicos que pueden potenciar nuestro rol como educadores. La tensión entre autenticidad y relevancia, formulada hace más de 40 años por el profesor Mike Rosenak, cobra hoy una renovada actualidad. No basta con conocer las fuentes y los grandes pensadores del judaísmo; también debemos exponer su pertinencia y relevancia para nuestro tiempo.
No podemos permitirnos una educación judía meramente enciclopédica, «Parve2« o desconectada de los desafíos del mundo que vivimos.
A continuación, presentamos dos cartas inspiradas en las voces de Maimónides y Yehuda Halevi, dirigidas al pueblo judío en estos tiempos de prueba, elaboradas con la ayuda de la Inteligencia Artificial.
UNA CARTA SOBRE LOS DESAFÍOS ACTUALES QUE ENFRENTAN ISRAEL Y EL MUNDO JUDÍO
Por Rabí Moshe ben Maimón (Maimónides, el Rambam)
A mis hermanos judíos, buscadores de sabiduría y aquellos que persiguen la verdad,
Los eventos de nuestro tiempo exigen reflexión, pues nos recuerdan una lección que la historia ha enseñado una y otra vez: el destino del pueblo judío nunca está separado del destino de la sabiduría, la justicia y la rectitud en el mundo. Cuando se ignora la verdad, cuando se abandona el Estado de derecho, cuando las naciones olvidan el orden moral que las sostiene; los judíos son los primeros en sufrir, pero rara vez los últimos.
Les escribo no solo como estudioso de la Torá, ni únicamente como médico que atiende las dolencias del cuerpo, sino como alguien que ha visto cómo la historia pesa sobre el pueblo judío. Desde Córdoba hasta Fustat, desde la persecución hasta el exilio, he sido testigo de cómo se usa el poder, cómo se suprime el conocimiento y cómo el espíritu de un pueblo puede resistir incluso en tiempos de crisis.
Tomemos entonces este momento no solo para lamentar el sufrimiento de Israel, no solo para defendernos de aquellos que buscan nuestra destrucción, sino para considerar lo que se nos exige como pueblo de la Torá, como pueblo de sabiduría y como un pueblo cuya misión no es solo sobrevivir sino vivir con propósito.
- Israel y la carga de la soberanía
La existencia de Israel no es un accidente de la historia. Es el cumplimiento de una promesa dada a nuestros ancestros, un refugio ante las tormentas del exilio. Y, sin embargo, con la soberanía viene una responsabilidad profunda.
«El propósito de la ley es doble: el bienestar del alma y el bienestar del cuerpo». (Mishné Torá, Hiljot De’ot 3:3)
Una nación no perdura solo por la fuerza. No es la potencia lo que asegura a un pueblo, sino la sabiduría, la ley y la búsqueda de la justicia. La Torá no solo enseña cómo conquistar, sino cómo gobernar con rectitud, cómo construir una sociedad que refleje la voluntad Divina.
Israel es hoy puesto a prueba tanto por sus enemigos como por sí mismo.
- ¿Permanecerá fiel a los imperativos éticos de la Torá?
- ¿Resistirá la corrupción que con tanta frecuencia acompaña al poder?
- ¿Buscará la paz con sabiduría, en lugar de verse arrastrado a una guerra sin fin?
Estas preguntas no son ajenas a nuestro destino: lo definen. Se nos ordena: «Justicia, justicia perseguirás» (Devarim 16:20) para nosotros y para todos los que habitan en nuestra tierra.
Israel será fuerte no cuando derrote a sus enemigos, sino cuando demuestre al mundo que una nación puede ejercer poder y seguir siendo justa, que puede ser soberana y aun así servir al bien supremo.
- El resurgimiento del antisemitismo y los ciclos del odio
El antisemitismo, como una enfermedad, nunca es erradicado, solo cambia de forma.
«Sabe, hijo mío, que todos los males que nos han sobrevenido desde la destrucción del Templo, e incluso antes de ello, se deben a nuestra diferencia con las demás naciones. No compartimos sus creencias ni adoptamos sus prácticas». (Igueret Teimán)
El judío es odiado no por lo que ha hecho, sino por su mera existencia. No es racional; no es justo. Es la condición eterna de un pueblo que se mantiene distinto, un pueblo que insiste en su propio camino.
Pero pregunto:
- ¿Dejaremos de ser judíos para ser amados por el mundo?
- ¿Abandonaremos la Torá para ganarnos el respeto de quienes la desprecian?
- ¿Negaremos nuestra historia, nuestra tierra y nuestra verdad, solo porque el mundo las considera inconvenientes?
No. Si hay una lección que debemos aprender de la historia, es esta: el antisemitismo es un síntoma, no una causa. Surge cuando las sociedades abandonan la sabiduría, cuando permiten que los demagogos dicten la moralidad, cuando toleran el odio disfrazado de justicia.
No busques apaciguar a quienes te odian por ser judío. Fortalécete en la Torá, en el conocimiento, en la sabiduría. Pueden quemar libros, pero no pueden borrar las verdades escritas en nuestra alma.
- El equilibrio entre el particularismo judío y la ética universal
El judaísmo no es una fe de aislamiento. No existimos solo para nosotros mismos. Y, sin embargo, debemos recordar: somos un pueblo aparte, elegidos no por privilegio, sino por responsabilidad.
«La Torá no fue entregada a los ángeles ministrantes, sino a los seres humanos, para guiarlos por los caminos de la rectitud». (Moreh Nevujim III:32)
Con demasiada frecuencia, hay entre nosotros quienes abandonan la identidad judía en nombre del universalismo, quienes se disuelven en las culturas que los rodean, creyendo que eso les traerá seguridad. Pero un árbol sin raíces no se sostiene.
Al mismo tiempo, hay quienes convierten el judaísmo en un tribalismo, olvidando que nuestra ética se extiende más allá de nosotros mismos, que se nos ordena buscar justicia tanto para el extranjero como para el judío.
Ambos errores son peligrosos. La Torá nos ordena ser tanto luz para las naciones como un pueblo apartado. Debemos caminar este sendero con sabiduría, sin rendir nuestra identidad ni abandonar nuestro deber moral hacia los demás.
- ¿Qué debemos hacer?
En este momento de crisis el pueblo judío debe volver a los fundamentos de la sabiduría. La fuerza política no es suficiente. El destino de Israel y de los judíos en todo el mundo dependerá de nuestra capacidad para sostener el conocimiento, la ética y la resiliencia.¿Qué se nos exige?
- Fortalecer la educación judía. El conocimiento es nuestra mayor arma, la ignorancia nuestra mayor debilidad.
- Sostener la justicia en Israel. El poder sin justicia es tiranía. Israel debe ser fuerte, pero también justo.
- Combatir la falsedad con la verdad. No guardes silencio ante la mentira. Enseña, corrige y defiende la realidad.
- No temas ser diferente. La historia judía nos enseña que la supervivencia depende del coraje, el coraje de seguir siendo quienes somos.
- Vivir como judíos con orgullo. Cada mitzvá, cada acto de estudio, cada gesto de jesed (bondad) es una victoria contra quienes buscan borrarnos.
«La forma más elevada de sabiduría es reconocer lo que está en nuestro poder cambiar y actuar en consecuencia».
- Una palabra final: La luz de la esperanza
Los desafíos que enfrentamos son grandes. Pero recordemos: nunca ha habido un tiempo en que el pueblo judío no enfrentara desafíos.
Y, sin embargo, todavía estamos aquí.
El mundo ha visto el ascenso y la caída de imperios, el colapso de civilizaciones, la desaparición de naciones de la historia. Pero el judío permanece, porque el judío no solo lleva la memoria, sino la esperanza.
«El mundo se sostiene sobre tres cosas: la Torá, el servicio a Dios y los actos de bondad». (Pirkei Avot 1:2)
No tengamos miedo. No desesperemos. Construyamos, estudiemos, caminemos con rectitud. Y, si lo hacemos, el pueblo judío no solo perdurará sino que florecerá.
Con sabiduría, con fuerza y con fe,
Rabí Moshe ben Maimón (Maimónides, el Rambam)
UNA CARTA A ISRAEL Y AL PUEBLO JUDÍO EN TIEMPOS DE PRUEBA
Por Yehuda Halevi
A mis hermanos y hermanas de la Casa de Israel, dispersos entre las naciones, pero unidos por un pacto eterno,
El mundo se encuentra en un momento de ajuste de cuentas, y una vez más, el pueblo judío se halla en el centro de la tormenta de la historia. Israel está bajo asedio, no solo por las armas, sino también por las palabras; no solo por los ejércitos, sino también por aquellos que buscan borrar su nombre del pergamino de las naciones. A lo largo de las tierras del exilio, vemos resurgir el antiguo odio, vestido con nuevos ropajes, pero impulsado por el mismo deseo de siempre: quebrantar el espíritu de un pueblo cuya mera existencia es un testimonio de la eternidad.
No escribo desde las cortes de los poderosos ni desde las torres de la filosofía, sino desde lo más profundo de mi alma, como alguien que ha anhelado a Sión como un amante anhela a su amada. ¿Qué nos exige este momento? ¿Qué puede hacer el pueblo judío frente al odio y la indiferencia, en presencia de la guerra y el exilio?
Les respondo no como profeta ni como gobernante, sino como poeta que ha sentido en sus propios huesos el anhelo de una nación por su hogar, el dolor del exilio y el vínculo inquebrantable entre un pueblo y su destino.
- El significado de Israel: una tierra más allá de la política
Israel no es meramente un país; es el corazón del alma judía, el anhelo de generaciones, el lugar donde ascienden nuestras oraciones y donde se desarrolla nuestro destino. No nos pertenece por conquista ni por decreto de los hombres, sino por la promesa de Dios y el anhelo de un pueblo que jamás ha olvidado su hogar.
«Mi corazón está en Oriente, y yo en el extremo Occidente».
¿Qué significa ser soberano en Sión? No es solo una cuestión de fuerza, sino de responsabilidad. Si Israel se convierte en solo otra nación, sin diferencia alguna con las demás, entonces aún no hemos comprendido el significado de nuestro regreso. Israel debe ser más que un refugio; debe ser una luz, una sociedad construida sobre la justicia, la santidad y la visión de un mundo redimido.
Pero que nadie confunda nuestro anhelo de paz con debilidad. El mundo habla de justicia mientras tolera la injusticia. Habla de moralidad mientras cierra los ojos ante el terror. A aquellos que niegan nuestro lugar en la tierra, les decimos:
- No elegimos el exilio, pero el exilio no nos destruyó.
- No buscamos la guerra, pero no nos rendiremos.
- No pedimos luchar, pero defenderemos lo que es nuestro.
Durante siglos lloramos junto a los ríos de Babilonia, soñando con Sion. Ahora que hemos regresado, ¿la abandonaremos? Jamás.
- El odio de las naciones: una vieja canción con una nueva melodía
La historia del pueblo judío es una historia de exilio, de errar por el mundo en busca de refugio en tierras que, una y otra vez, se volvieron contra nosotros. Hoy, en las grandes capitales del mundo, vemos repetirse el mismo patrón:
- Se acusa a los judíos de los crímenes que se cometen contra ellos.
- Se ignora el sufrimiento de Israel, mientras se condena cada una de sus acciones.
- El mundo exige la sumisión judía, y cuando nos negamos, nos llaman opresores.
«¿Hasta cuándo, oh, Dios, ¿nos insultará el adversario? ¿Blasfemará el enemigo Tu nombre para siempre?» (Tehilim 74:10)
Sin embargo, no vivimos de la gracia de las naciones. No dependemos de su aprobación ni buscamos su validación. La supervivencia del pueblo judío no es una cuestión de diplomacia, sino de fe, de memoria, de una identidad que ningún exilio, ninguna persecución, ningún poder en la tierra ha podido borrar.
A mis hermanos y hermanas en las tierras del exilio, les digo: No se oculten. No tengan miedo. El judío no se inclina ante el ídolo de la opinión pública ni moldea su alma para encajar en las expectativas de quienes lo desprecian. Vistan su judaísmo con orgullo, defiendan a Israel sin vergüenza y recuerden que forman parte de un pueblo eterno.
- El alma del pueblo judío: entre el cielo y la tierra
Somos un pueblo que ha caminado por el fuego sin consumirse. Pero la supervivencia no es nuestro propósito; es la condición para cumplir nuestro propósito.
«Israel entre las naciones es como el corazón entre los miembros del cuerpo: sufre cuando ellas sufren, y ellas sufren cuando él sufre».
Nuestra misión no es la conquista ni el poder. Es ser testigos de algo más grande que nosotros mismos: la justicia, la verdad, la santidad en el mundo.
Este es el desafío de la soberanía judía:
- Ser fuertes, pero justos.
- Defendernos, pero no volvernos crueles.
- Construir un Estado, pero no olvidar el alma.
Si Israel olvida esto, si se convierte solo en otra nación que busca el poder por sí mismo, habrá perdido la razón de su existencia. Pero si se mantiene firme en su vocación, entonces, incluso en la guerra, incluso en la lucha, seguirá siendo la nación eterna, una luz en un mundo de sombras.
- El futuro: una visión de redención
No desesperen. La historia ya nos ha puesto a prueba antes, y seguimos aquí.
«Mi alma anhela los atrios de Hashem; mi corazón y mi carne claman por el Dios viviente». El exilio está terminando, pero la redención aún no se ha completado. Hemos regresado a la tierra, pero el espíritu de la tierra aún debe ser renovado. No basta con recuperar el suelo de Israel; también debemos recuperar su alma.
¿Qué debemos hacer?
- Fortalecer a Israel no solo con armas, sino con sabiduría. Sin conocimiento, un pueblo está perdido.
- Permanecer firmes contra el odio, pero no dejarnos consumir por él. Que nuestra lucha no nos ciegue ante nuestras propias responsabilidades.
- Vivir como judíos en el mundo, con valentía y sin vergüenza. Si abandonamos nuestra identidad, damos la victoria a quienes buscan borrarnos.
- Orar por la paz, pero no confiar en falsas promesas de paz. El mundo nos pedirá que nos rindamos, pero no debemos creerles. La verdadera paz llegará solo cuando las naciones reconozcan el lugar legítimo de Israel entre ellas.
Y, sobre todo: no perdamos la esperanza.
Durante siglos canté sobre Sión desde la distancia, soñando con el día en que mis pies tocarían su suelo y mis labios susurrarían plegarias en sus puertas. Ese ya no es un sueño, es una realidad. Y, sin embargo, la redención final aún nos espera.
El camino por delante es largo, pero no lo caminamos solos. El Dios de Israel no ha abandonado a Su pueblo.
Que seamos dignos de la tierra que se nos ha dado, que la defendamos con honor y que construyamos un futuro en el que nuestros hijos solo conozcan la paz.
Con anhelo, con fortaleza y con fe inquebrantable,
Yehuda Halevi
Educación y creatividad en la era de la IA: Estrategias para docentes
El uso de cartas imaginarias de figuras clásicas del pensamiento judío como Maimónides y Yehuda Halevi ofrece múltiples posibilidades para el ámbito educativo. Este enfoque permite el análisis filosófico e histórico a la vez que estimula la creatividad, el pensamiento crítico y la aplicabilidad del conocimiento judío a los desafíos contemporáneos. A continuación, presentamos algunas estrategias y sugerencias sobre cómo utilizar este modelo en diferentes contextos educativos:
- Aplicaciones en el aula y en el estudio del pensamiento judío
- Análisis comparativo: Pedir a los estudiantes que analicen las diferencias y similitudes entre las respuestas de Maimónides y Yehuda Halevi ante los desafíos históricos y actuales.
- Simulación de diálogos: Organizar debates en los que los estudiantes representen a distintos pensadores judíos y respondan a problemáticas contemporáneas desde su perspectiva filosófica.
- Investigación guiada: Utilizar estas cartas como punto de partida para profundizar en la obra de cada pensador y su impacto en la historia del pensamiento judío.
- Uso en espacios comunitarios y educativos informales
- Estudio en grupo y Javruta: Presentar las cartas como material para sesiones de estudio en comunidades, sinagogas o centros educativos, fomentando la discusión sobre su relevancia hoy.
- Conexión con problemáticas actuales: Relacionar los temas abordados en las cartas con cuestiones contemporáneas, como el antisemitismo, la soberanía de Israel, la ética judía y la relación entre fe y razón.
- Talleres de creatividad: Invitar a los participantes a escribir sus propias cartas desde la perspectiva de otros pensadores judíos históricos o incluso de líderes comunitarios del pasado.
- Potenciar la creatividad e impacto de los educadores
- Uso de la Inteligencia Artificial y tecnología educativa: Animar a los docentes a utilizar herramientas tecnológicas para generar nuevos materiales educativos inspirados en este modelo.
- Desarrollo del pensamiento interdisciplinario: Integrar filosofía judía con historia, literatura y ciencias sociales para un enfoque más amplio y enriquecedor.
- Enseñanza basada en dilemas: Utilizar las cartas como un punto de partida para analizar dilemas éticos y morales en el mundo actual.
- Modelo para el desarrollo de liderazgo y formación de identidad judía
- Reflexión sobre identidad y continuidad: Invitar a los participantes a considerar cómo las ideas de estos pensadores pueden fortalecer su identidad judía y su papel en la comunidad.
- Construcción de discursos y narrativas judías: Motivar a los estudiantes y educadores a articular su propio pensamiento judío sobre temas actuales, inspirándose en la tradición filosófica.
Este modelo de trabajo fomenta el aprendizaje activo y participativo, a la vez que permite potenciar la creatividad de los educadores al presentar el conocimiento judío de manera dinámica y relevante. En un mundo en constante cambio, en el que la autenticidad y la relevancia son más necesarias que nunca, esta estrategia nos brinda herramientas para dialogar con el pasado, interpretar el presente y construir el futuro del pueblo judío con sabiduría y compromiso.
Bibliografía
Fainstein, D. (2015). El papel del educador judío en una sociedad informatizada: las pragmáticas del saber narrativo, científico y performativo a la luz del pensamiento judío. [Manuscrito no publicado]. México.
Guttmann, J. (1964). Philosophies of Judaism: The History of Jewish Philosophy from Biblical Times to Franz Rosenzweig. Trans. David W. Silverman. New York: Holt, Rinehart and Winston.
Halbertal, M. (2014). Maimonides: Life and Thought. Princeton: Princeton University Press.
Halbertal, M. (2007).Concealment and Revelation: Esotericism in Jewish Thought and its Philosophical Implications. Traducido por Jackie Feldman. Princeton, NJ: Princeton University Press.
- [N. de la E.] La Reconquista, o cruzadas ibéricas, consistió en una serie de campañas militares llevadas a cabo por los cristianos con el apoyo de los papas y caballeros. Se desarrolló principalmente entre los siglos XI y XIII con el objetivo de liberar los territorios meridionales de España y Portugal, por entonces conocidos como Al-Ándalus, de los Moros musulmanes que los habían conquistado ya en el siglo VIII.
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[N. de la E.] Parve (o pareve) es un término del kashrut que designa alimentos neutros, es decir, que no contienen carne ni lácteos y pueden consumirse con ambos. En la jerga israelí contemporánea, se usa coloquialmente para describir algo insípido, mediocre o carente de carácter, así como una afirmación ambigua sin un mensaje claro.