Historia, cultura e identidad judía desde el patrimonio

Comparti el articulo
adriana

Adriana Hernández Gómez de Molina, actualmente doctoranda del programa de Ciencias Históricas de la Universidad de La Habana, es profesora de Historia del Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana. Desarrolla la línea de investigación sobre los judíos en Cuba, su historia, cultura, identidad y es autora del libro «El antisemitismo en Europa» (Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 2016) y de numerosos artículos científicos sobre el tema judío en revistas nacionales einternacionales.

Introducción

Los estudiantes de las carreras de Humanidades de las universidades cubanas, en su mayoría, desconocen la historia universal judía y los rasgos distintivos que caracterizan la identidad de este grupo étnico- religioso- cultural, lo que dificulta la comprensión holística de eventos y procesos históricos universales relacionados con el pueblo hebreo como la Diáspora, el Antisemitismo, el Holocausto, o el conflicto actual israelí-palestino.  En muchos casos desconocen también, la existencia de una comunidad hebrea en Cuba que ha contribuido con notables aportes a la vida nacional y que le ha dado continuidad cultural al judaísmo en Cuba.    

Por esta razón, desde la carrera Preservación y Gestión del Patrimonio Histórico- Cultural que se imparte en el Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana, nos dimos a la tarea de diseñar cursos de pregrado y posgrado que aborden los hitos más significativos de la  historia del pueblo hebreo desde la antigüedad hasta la creación del Estado de Israel. Haciendo énfasis en la identidad cultural judía, a partir de la huella dejada por este grupo en La Habana como sustrato cultural sobre el que se superpone un sistema de códigos y símbolos hebreos que deviene para los estudiantes en un laberinto de conocimientos a transitar de forma amena e interesante; al tiempo que invita a mirar lo urbano como un “texto cultural”1  en el cual desentrañar auténticas lecciones de historia. 

Ante la pregunta: ¿Cómo enseñar la historia judía a través del patrimonio?, nos propusimos los siguientes objetivos generales: 

  • Introducir elementos relativos a la cultura y la identidad judía apoyándonos en los símbolos existentes en los inmuebles judíos de la ciudad.
  • Analizar los hitos más importantes de la historia judía en los diferentes períodos históricos a partir de conferencias, filmes históricos y visitas a centros culturales hebreos. 
  • Sistematizar el origen y la evolución de la comunidad hebrea en Cuba a través de su huella en el patrimonio mueble e inmueble de La Habana.

La experiencia 

Aunque cronológicamente comenzamos nuestra experiencia práctica por el curso de posgrado “La cuestión judía y el antisemitismo en Europa después de 19452”, como parte del programa de la Maestría de Historia Contemporánea y Relaciones Internacionales que se imparte en el Departamento de Historia de la Universidad de La Habana, los resultados del mismo nos indujeron a diseñar cursos optativos de pregrado sobre historia judía en los períodos de la historia Antigua, Media y Moderna, siguiendo la misma línea de los programas de estas asignaturas en la facultad de Historia.3 Estos, fueron impartidos a los estudiantes de las carreras Historia y de Gestión del Patrimonio, una vez que completaron los contenidos correspondientes a los programas de estudio de dichas asignaturas. De allí en adelante, el interés por el tema suscitado por los cursos de pregrado puede ser completado y actualizado con el mencionado curso de posgrado, que aborda temáticas más contemporáneas. 

Tanto en los cursos de pregrado como de posgrado, los primeros temas se dedican a desarrollar el aparato teórico conceptual que sustenta la cultura judía y sus símbolos identitarios. A ello le siguen los temas de carácter propiamente histórico, destacando los hitos fundamentales de la historia judía en el período en cuestión. Y para ello nos apoyamos en la proyección de películas y documentales históricos4. Los últimos temas están dedicados al origen y evolución de la comunidad judía cubana, intercalando -a lo largo de todo el curso- visitas y recorridos a lugares relacionados con la presencia hebrea en La Habana y con la cultura judía en general.   

Siguiendo las huellas de los hebreos…

Fue la Habana Vieja la que albergó el inaugural asentamiento de inmigrantes hebreos en Cuba, tanto sefardíes como askenazíes, en las primeras décadas del siglo XX, y fue allí donde los recién llegados crearon su propio entorno cultural tratando de reproducir los ambientes originales de sus lugares de procedencia, formando así lo que los cubanos denominaron “el barrio judío” de La Habana. Sin embargo, a diferencia de un clásico “barrio judío” europeo, los hebreos cohabitaron con los cubanos en la misma área de la vieja ciudad, que les ofrecía -como inmigrantes recién llegados- posibilidades de alojamiento económico y facilidades para las operaciones comerciales. Su movilidad como grupo social hacia el centro de la ciudad en años posteriores, o hacia barrios más exclusivos de la capital, estuvo dada por su desplazamiento económico y avance social5. 

Descubrir las huellas de la presencia judía en la ciudad no es algo que salta a la vista en una primera lectura del paisaje urbano; no solamente por los inevitables cambios consecuencia del tiempo y de las drásticas transformaciones económicas, sino también por la naturaleza particular de la cultura judía, que no dejan tras ellos un uniforme patrimonio inmobiliario o una poderosa infraestructura económica que sea testigo de sus logros como grupo social. La cultura e identidad judía se expresa en símbolos, más que en un estilo arquitectónico propio. Aquiles Capablanca, arquitecto cubano que en 1951 llevará a cabo el proyecto constructivo del Patronato de la Casa de la Comunidad Hebrea de Cuba, expresó que “la dispersión del pueblo judío… ha sido la causa de que no exista una arquitectura hebrea propia…La sinagoga en la historia, expresó el lugar y la época en que fue levantada6.

La comunidad hebrea cubana, aun cuando no se caracterizó por una estricta observancia religiosa, se esforzó por mantener las tradiciones como forma de conservar la identidad hebrea. Esto traducido al paisaje de la ciudad nos explica cómo encontraremos la huella judía tanto en los símbolos religiosos de las sinagogas, como en negocios particulares, escuelas laicas o monumentos públicos.

Aún hoy, estas huellas permanecen en fachadas, vitrales o carpinterías de determinadas locaciones de la ciudad vieja o fuera de ella, como la estrella David en el enrejado de la Carnicería “de los polacos” de la calle Acosta -aún en funciones para la comunidad hebrea cubana actual- o en el umbral de la sinagoga Beth Shalom del Vedado; en vitrales de viviendas particulares y hasta en topónimos de inmuebles estatales que delatan el origen askenazí de sus antiguos propietarios.  

Imagen 1. Carnicería judía. Calle Acosta y Jesús María, Habana Vieja.  Cortesía del Patronato de la Casa de la Comunidad Hebrea de Cuba. 

Imagen 2. Panadería La flor de Berlín, calle Acosta y San Ignacio, Habana Vieja. Cortesía del Patronato de la Casa de la Comunidad Hebrea de Cuba. 

Imagen 3. Vivienda en la calle Muralla, esquina Habana, Habana Vieja. Foto tomada por la autora.

La historia judía desde el Patrimonio En la visita al Patronato de la Casa de la Comunidad Hebrea de Cuba en el capitalino barrio del Vedado y su sinagoga Beth Shalom, los estudiantes pueden visualizar elementos culturales y símbolos propios de la identidad hebrea estudiados en clases, así como la recreación de elementos históricos –Torá, doce tribus de Israel, diáspora– y comienzan a familiarizarse con la historia de la comunidad hebrea cubana; que a la altura de la década de 1950 del pasado siglo XX se contaba entre los más prósperos grupos de inmigrantes en la sociedad cubana, llegando a tener más de 17 mil individuos de diversa procedencia. El moderno edificio fue construido en 1951 por uno de los más célebres arquitectos cubanos de la época -Aquiles Capablanca- e inaugurado en 1955, respondiendo a las crecientes necesidades de la comunidad de contar con un centro con fines religiosos, de enseñanza, asistencia social y recreación; y constituye una joya de la arquitectura moderna en La Habana.  Durante la visita, los estudiantes reciben una conferencia de un miembro de la comunidad sobre el judaísmo en Cuba, pudiendo intercambiar sobre cualquier tema de interés, ya sea del judaísmo en general, o de la vida judía en Cuba, en particular. Resultó de gran interés el intercambio con jóvenes de la comunidad hebrea cubana acerca de la celebración de las diferentes festividades judías en el seno de la comunidad cubana.   Por otra parte, algunos elementos históricos presentes en el inmueble, como el fragmento en piedra de una de las calles del guetto de Varsovia donado a la comunidad cubana, dan pie al intercambio de temas como el Holocausto durante la segunda guerra mundial y sus implicaciones, tanto para el pueblo judío en general, como para la colonia hebrea cubana. Otra visita comprende un recorrido por La Habana Vieja, cuna del primer asentamiento hebreo en Cuba. El Castillo de la Real Fuerza, donde se encuentra la imagen de Doña Inés de Bobadilla -judía conversa, esposa del gobernador de la Isla Hernando de Soto en la época colonial- inmortalizada en la escultura de La Giraldilla7, remite a la historia de los judíos en la España medieval y a la presencia de judíos “conversos”8 en Cuba. Por su parte, el parque de la Menorah, monumento cubano a las víctimas del Holocausto, es una muestra fehaciente del interés de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana por reivindicar la historia judía más contemporánea.  Imagen 4. Parque de la Menorah (Monumento cubano a las víctimas del Holocausto). Calle Acosta, esq. Damas, La Habana Vieja.  Foto tomada por la autora. 
En el entramado de las calles Acosta, alrededor del convento y de la plaza de Belén, en el cuadrante de seis manzanas delimitadas por las calles Santa Clara, San Ignacio e Inquisidor, convivieron sefardíes y askenazíes quienes reprodujeron con sus sinagogas, panaderías, restaurantes, carnicerías, colegios y escuelas los ambientes originales de sus lugares de procedencia.  A través de los elementos y símbolos relacionados con el judaísmo que aún se encuentran presentes en estos inmuebles podemos explicar elementos culturales y tradiciones como el mikvá (baño ritual), normas dietéticas (kosher), Jevrá Kadishá (atención a fallecidos) y Torá Vadaat (escuela religiosa), entre otros. La visita al edificio que fuera la primera sede de la Academia de Ciencias de Cuba servirá para dialogar sobre la visita en 1930 a nuestro país del científico alemán Albert Einstein, e intercambiar sobre la situación de los judíos en Europa ante el ascenso del antisemitismo y el arribo del nacionalsocialismo al poder. En el Libro de Oro de la Sociedad Geográfica, Einstein expresó: “(…) Ojalá pueda la generación venidera establecer una sociedad económica y política que evite con seguridad las catástrofes”.9 ¿Qué quiso decir exactamente el distinguido visitante? No lo sabemos a ciencia cierta, pero puesto que el mundo sufría entonces una tremenda crisis económica y los desempleados se contaban por millones -incluso en los países más industrializados como Alemania- es fácil hacer una analogía con la situación que vivía Europa, previo a la segunda guerra mundial.  El Hostal Raquel situado en la calle Amargura esq. a San Ignacio, también forma parte del recorrido. El edificio fue construido en 1906 y, luego de una exquisita restauración, abrió sus puertas en 1997 como hostal temático sobre la cultura hebrea. En su interior los estudiantes pueden admirar toda la decoración basada en símbolos judíos –mezuzah, historias bíblicas (cada habitación tiene un nombre bíblico)-, así como una réplica del cuadro “Los olvidados”, del pintor cubano Víctor Manuel sobre la tragedia de los refugiados judíos a bordo del buque St. Louis, lo que da pie para intercambiar sobre la entrada de los refugiados del nazifascismo en Cuba10. Sirviendo de división entre el lobby y el bar, se encuentran unas típicas mamparas coloniales de vitrales que representan la Menorah hebrea, de la artista cubana Rosa María de la Terga, que reflejan la bien lograda simbiosis entre la cultura hebrea y la cubana.  La visita al cementerio judío de Guanabacoa, construido en 1910 por la United Hebrew Congregation (UHC) (primera institución judía cubana) permite dialogar sobre los símbolos funerarios hebreos, el tratamiento a los fallecidos, así como el origen de la comunidad hebrea cubana, ya que fue el deseo de “morir como judíos” lo que impulsó a los “americanos” de origen hebreo residentes en Cuba a principios del siglo XX a agruparse en la primera institución comunitaria para solicitar el permiso para la creación de un cementerio judío11. Se encuentran enterrados allí individuos directamente relacionadas con la historia de Cuba y se erigen monumentos que entrelazan la historia judía universal con la historia cubana, como el monumento erigido a las víctimas judías de la dictadura de Machado en Cuba (1925- 1930) por el Centro Cultural Hebreo. También se puede encontrar allí el panteón de la familia Kates, de origen belga, quienes importaron a Cuba las técnicas de corte y pulido de diamantes durante la segunda guerra mundial, creando así la primera y única industria de ese tipo en la historia nacional; así como el primer monumento erigido en América Latina a las víctimas del Holocausto en 1942.  A manera de conclusión Las huellas de la presencia hebrea en la Habana pueden ser usadas como un sustrato cultural sobre el cual se asienta un recorrido por la historia y la cultura hebrea universal y cubana en los cursos para estudiantes de Humanidades de la Universidad de La Habana. Los códigos y símbolos hebreos presentes en el patrimonio mueble e inmueble de nuestra ciudad devienen así en un sistema de conocimientos que, de manera amena, los introduce en la historia y la cultura del pueblo hebreo ausente en sus programas de estudio, a la vez que los lleva a comprender uno de los segmentos culturales que forman parte de nuestro ethos nacional y del imaginario social y cultural de la ciudad. 

Bibliografía

Altshuler, J. (2005). Las 30 horas de Einstein en Cuba. La Habana: Sociedad Cubana de Historia de la Ciencia y la Tecnología. Publicaciones Acuario, Centro Félix Varela. 

Castiel, D. (1951). “Una charla con el Arquitecto y los Miembros del Comité de Construcción del Edificio”, en Der Gruntshteyn (La Primera Piedra). Edición Extraordinaria Conmemorativa a la Colocación de la Primera Piedra de la Casa de la Comunidad Hebrea de Cuba. La Habana: Patronato de la Casa de la Comunidad Hebrea de Cuba. 

Corrales Capestany, M. (2007). “Cuba: paraíso recobrado para los judíos”, en: Graciela Challoux Laffita (Comp.) De dónde son los cubanos. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, La Habana.

Departamento de Historia (2010). Programas de Historia I, II, III. La Habana: Facultad de Filosofía, Historia y Sociología, Universidad de La Habana. . 

Hernández Gómez de Molina, A. (2013). “La inmigración judía a Cuba y el impacto del antisemitismo europeo. El caso del St. Louis”. Temas Americanistas Número 30, 2013, Universidad de Sevilla, pp. 50- 62 ISSN 19887868    

 El barrio judío de Marcus Matterin (2019). OPUS Habana, Número especial en conmemoración del 500 Aniversario de La Habana ene./oct.  

Tamames, M. (2005). La Ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837. Camagüey:  Ed. Ácana.

  1. Marcos Tamames (2005). La Ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837. Camagüey: Ed. Ácana.

  2. Adriana Hernández Gómez de Molina (2016). El antisemitismo en Europa. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales.
  3. Departamento de Historia (2010). Programas de Historia I, II, III. La Habana: Facultad de Filosofía, Historia y Sociología, Universidad de La Habana.
  4. Por ejemplo, en el curso de pregrado “Los judíos durante la Edad Media” se proyectó el filme El Mercader de Venecia, inspirado en la obra de W. Shakespeare; asimismo, en el de Historia Moderna se proyectó la película “Sunshine” de 1999, que narra la historia de una familia judía húngara desde finales del siglo XIX, hasta la década de 1950 del pasado siglo XX.  NA.
  5. Adriana Hernández (2019). “El barrio judío de Marcus Matterin”. OPUS Habana, Número especial en conmemoración del 500 Aniversario de La Habana ene./oct. 2019, pp. 80-87.
  6. Dionisio Castiel (1951).  “Una charla con el Arquitecto y los Miembros del Comité de Construcción del Edificio”, en Der Gruntshteyn (La Primera Piedra). Edición Extraordinaria Conmemorativa a la Colocación de la Primera Piedra de la Casa de la Comunidad Hebrea de Cuba. La Habana: Patronato de la Casa de la Comunidad Hebrea de Cuba.
  7. La Giraldilla, escultura de Gerónimo Pinzón se encuentra en lo alto del Castillo de la Real Fuerza y es el símbolo de la ciudad de La Habana. NA.
  8. Conversos: judíos que abandonaron el judaísmo voluntariamente o por la fuerza. NA.
  9. José Altshuler (2005). Las 30 horas de Einstein en Cuba. La Habana: Sociedad Cubana de Historia de la Ciencia y la Tecnología. Publicaciones Acuario, Centro Félix Varela, p. 4.
  10. Adriana Hernández (2013). “La inmigración judía a Cuba y el impacto del antisemitismo europeo. El caso del St. Louis”. Temas Americanistas Número 30, 2013, Universidad de Sevilla, pp. 50- 62 ISSN 19887868 C:/PUBLICACIONES/REV.%20TEMAS%20AMERICANISTAS/NO%2030%20ARTICULO%20DEFINITIVO%20Adriana%20Hern   
  11. Maritza Corrales Capestany (2007). “Cuba: paraíso recobrado para los judíos”, en: Graciela Challoux Laffita (Comp.) De dónde son los cubanos. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, p. 182.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio