Educación judía complementaria en comunidades pequeñas en las provincias argentinas

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Miriam Jablosnki. Licenciada y Profesora en Ciencias de la Educación (UBA), con experiencia en gestión y docencia en ámbitos formales y no formales. Actualmente se desempeña como asesora pedagógica en escuelas judías de las provincias argentinas, en el marco del Vaad Hajinuj de AMIA. Se especializa en el diseño, implementación y evaluación de proyectos educativos. Comprometida con una educación judía pluralista, humanista y con impacto.

Introducción

Las escuelas complementarias judías en las provincias argentinas son instituciones comunitarias que no están incorporadas a la enseñanza oficial y brindan educación judía a los alumnos; complementando, como su nombre lo indica, la educación nacional. La oferta de estas escuelas no forma parte de la enseñanza básica obligatoria, de modo que los niños y adolescentes que asisten a estos espacios deben además estar escolarizados en un establecimiento oficial, ya sea estatal o privado. Estas escuelas operan entre 3 a 5 días por semana, cubriendo entre 6 a 15 horas semanales. 

Según el informe Mifné1 realizado en el año 2021, estas escuelas complementarias son siete y se encuentran localizadas en diferentes provincias de la Argentina:

  • Bialik, Posadas. Misiones.
  • Bialik. La Plata, Buenos Aires 
  • Dr Hertzl, Bahía Blanca, Bahía Blanca
  • Peretz, Resistencia, Chaco
  • Weitzman, Corrientes, Corrientes
  • Buber, Paraná, Entre Ríos
  • Tzipora Hebrew School, La Plata, Buenos Aires 
  • Hatikva, Salta, Salta 

Tres de ellas ofrecen jardín de infantes y primaria; una jardín maternal; una jardín de infantes y sólo dos ofrecen jardín de infantes, primaria y secundaria. La demografía es variada en cada institución, albergando entre treinta y sesenta alumnos cada una. 

Estos espacios educativos mantienen, con enorme dedicación, una propuesta educativa significativa, profundamente arraigada en la identidad judía y adaptada a las realidades locales. Como asesora del Vaad Hajinuj de AMIA, tengo la oportunidad de acompañar de cerca el esfuerzo constante que implica sostener estos espacios, muchas veces con recursos limitados y desafíos importantes por enfrentar.

Las escuelas complementarias, también llamadas shule, conservan la familiaridad en los vínculos que se generan entre los alumnos y entre las familias, sumado al conocimiento, la atención y el cuidado de cada alumno y su familia por el equipo docente y directivo. Es un lugar de pertenencia, donde se transmite la vida judía en toda su riqueza: la lengua hebrea, las festividades del calendario, los días de recordación, la historia, la cultura, los vínculos y la identificación con el Estado de Israel. Este conocimiento se construye comunitariamente en un marco que combina lo institucional con lo comunitario, lo pedagógico con lo afectivo, funcionando fuera del horario de la escuela oficial, con grupos pequeños, materiales limitados y una voluntad sostenida de continuidad.

Este artículo busca recuperar esos relatos, sistematizar los desafíos comunes que atraviesan las escuelas complementarias en contextos comunitarios pequeños y, al mismo tiempo, visibilizar las estrategias y respuestas que se construyen desde la creatividad, el compromiso y la pertenencia.

Desafíos compartidos, voces que interpelan

Las escuelas complementarias judías del interior de Argentina, enfrentan diversos desafíos. Aunque cada institución tiene su propia historia y características, existen problemáticas comunes que atraviesan a todas: matrícula reducida, grupos de edades heterogéneas, falta de recursos, dificultad para sostener equipos docentes formados y la necesidad constante de adaptarse a los cambios del entorno. No obstante, lo que resalta con mayor fuerza es el compromiso con la continuidad del judaísmo en contextos comunitarios pequeños, donde la escuela se convierte en el corazón identitario de la comunidad.

  1. Compromiso con la identidad judía

A pesar de los obstáculos, todas las escuelas manifiestan una convicción compartida: sostener el shule implica sostener la vida judía misma en cada comunidad. Tal como lo expresa el equipo de la Escuela Hebrea Dr. Hertzl de Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires:

“La escuela valora la dedicación de cada uno de los involucrados en el proceso educativo y destaca que sostener las clases en una escuela judía es un acto de compromiso simbólico para que el judaísmo, con su herencia milenaria, pueda inspirar y permitir a cada familia recrear y mantener una vida plena y significativa”.

  1. Adaptación a los cambios sociales y educativos

Las transformaciones en las dinámicas familiares y escolares representan un gran desafío. Las escuelas oficiales con jornadas extendidas, las actividades extracurriculares y la dispersión geográfica de las familias jóvenes complican la asistencia y continuidad del shule. Estas instituciones se ven obligadas a revisar sus propuestas, incorporar modalidades más flexibles y repensar su lugar dentro de la vida comunitaria. También la baja natalidad y la migración de los jóvenes adultos hacia las grandes ciudades son factores que inciden en la sostenibilidad de las escuelas.

Como menciona el equipo de la Escuela Peretz de Resistencia, provincia de Chaco:

“Vemos la necesidad de revisar nuestros procesos, comprender cómo llegamos a la situación actual y repensar propuestas acordes a las dinámicas familiares de hoy.”
 

  1. Matrícula reducida y grupos de edades heterogéneas

La cantidad de alumnos y la necesidad de agruparlos por diferentes edades es una constante en las escuelas complementarias del interior. Esto genera complejidades pedagógicas, pero también obliga a desarrollar actividades personalizadas y cercanas a cada niño o niña, así como propuestas pedagógicas en aulas heterogéneas. El equipo de la Escuela Bialik de La Plata, provincia de Buenos Aires, relata:

“La escasa cantidad de alumnos nos lleva a trabajar con grupos de edades mixtas, lo cual demanda estrategias pedagógicas flexibles y personalizadas. A su vez, sostenemos un fuerte compromiso con la transmisión de la identidad judía en contextos donde la vida comunitaria es reducida y dispersa.”

En Posadas, provincia de Misiones, también desde la Escuela Bialik, agregan:

“Como parte de una comunidad pequeña, la distancia con la capital del país y la baja concentración de familias judías dificultan el acceso a recursos y oportunidades. Este año incorporamos clases de rikudim con una profesora de danzas que se capacita virtualmente con morim de Buenos Aires. Esta experiencia fue muy enriquecedora.”

  1. Construcción y sostenimiento de equipos docentes

Uno de los desafíos más recurrentes es conformar equipos pedagógicos estables y capacitados. En muchos casos, no hay personas formadas en el área judaica y pedagogía disponibles en la comunidad. Esto obliga a formar a miembros locales, incluso sin experiencia previa. Como relatan desde Bialik Posadas:

“Formamos a una docente no judía de nivel inicial, quien luego se certificó como morá a través del Programa Melamed+50. Hoy también contamos con una morá más, formada en el mismo trayecto. Estamos convencidos de la importancia de profesionalizar los espacios educativos.”

Desde La Plata, añaden:

“La distancia con los grandes centros urbanos, la carga horaria limitada y los recursos económicos ajustados dificultan la atracción y retención de profesionales capacitados. Esto nos obliga a ser creativos y recurrir al compromiso de miembros de la comunidad.”

  1. Limitaciones de recursos

Las escuelas dependen muchas veces del esfuerzo comunitario y de apoyos externos para sostener una propuesta educativa de calidad. En este marco, uno de los desafíos centrales es acompañar a las instituciones en la búsqueda de modelos sostenibles, que les permitan proyectarse en el tiempo sin comprometer la calidad ni el acceso a la educación judía. Como expresa el equipo de la Escuela Peretz, en Chaco:

“Nuestro principal desafío está vinculado con adaptar los nuevos recursos educativos a nuestra realidad, que se ve retrasada en cuanto a las herramientas con las que contamos.”

Desde Bialik La Plata, comentan:

“La limitación presupuestaria es un obstáculo permanente. Como escuela pequeña del interior, dependemos del esfuerzo comunitario para garantizar una educación judía accesible y significativa para todos nuestros alumnos.”

Estrategias y propuestas para resolver los desafíos

En respuesta a los diversos desafíos que enfrentan estas escuelas, muchas instituciones han implementado estrategias innovadoras y propuestas que no solo buscan resolver problemas inmediatos, sino también fortalecer el vínculo entre la escuela, las familias y la comunidad. Algunas de estas iniciativas merecen destacarse, pues reflejan la creatividad y el compromiso de docentes, alumnos, familias y voluntarios para adaptarse a las nuevas realidades.

Adaptación a los horarios familiares y mayor involucramiento comunitario

En la Escuela Peretz de Resistencia, una de las iniciativas más destacadas ha sido la revitalización del grupo de Talmud Torá, que ha logrado generar un fuerte interés entre los estudiantes, quienes luego transmiten este entusiasmo a sus familias. Este espacio educativo asegura tanto la calidad de la enseñanza como el atractivo de la propuesta. Así lo expresan:

“Sin dudas, el grupo de Talmud Torá revivió el interés y el apego a la kehilá, primero en los chicos, lo que se transmitió a las familias. Es un espacio educativo relajado, pero de contenidos firmes y planificados.”

Este enfoque también ha permitido que la escuela se adapte mejor a las demandas familiares contemporáneas. En particular, la implementación de talleres mensuales ha sido una estrategia exitosa para convocar a aquellos niños que no asisten regularmente al shule debido a la superposición de horarios con otras actividades extracurriculares. Esta modalidad flexible ha demostrado ser eficaz para mantener la continuidad de la enseñanza judía, ajustándose a los tiempos y las necesidades de las familias de hoy.

Uso de tecnología para la capacitación y formación continuas

En la Escuela Bialik de Posadas, los desafíos derivados de la lejanía geográfica y la escasa concentración de familias judías en la zona han sido abordados con una combinación de creatividad y recursos tecnológicos. 

Desde el Vaad Hajinuj promovimos la enseñanza del hebreo a través de un programa desarrollado específicamente para este fin, en formato digital, actualmente en prueba en las escuelas complementarias.

Fortalecimiento de la identidad comunitaria a través de actividades intergeneracionales

Uno de los retos persistentes es la falta de una percepción clara por parte de algunas familias sobre la importancia del shule en la formación integral de sus hijos. Para revertir esta situación, en la Escuela Bialik de la provincia de Misiones se han implementado propuestas que no solo involucran a los estudiantes, sino también a las familias. Un ejemplo de ello es la Caja de Shabat, que cada viernes llega a la casa de una familia diferente. Esta caja contiene todos los elementos necesarios para celebrar el “Kabalat Shabat en familia”, junto con un cuadernillo que invita a reflexionar sobre la experiencia vivida. El texto incluye cuentos, canciones y propuestas para compartir en familia, lo que refuerza el vínculo con la tradición y la vivencia del judaísmo en el hogar.

Otro proyecto destacado es el taller de cocina intergeneracional, iniciado en 2023, que busca recuperar la transmisión de recetas tradicionales entre abuelos, hijos y nietos. Esta actividad, además de promover el aprendizaje de la cocina judía, fomenta la conexión entre las generaciones, una necesidad creciente en comunidades donde la familia nuclear está distribuida y las tradiciones a menudo se diluyen con el tiempo. Comentan desde la escuela:

“Este taller ha sido una excelente oportunidad para crear vínculos intergeneracionales y mantener vivas las tradiciones.”

Creación de propuestas atractivas para mejorar la matrícula

Uno de los desafíos recurrentes es la baja matrícula. En muchos casos, las familias no perciben al shule como una parte esencial en la formación de sus hijos. 

Iniciativas para familias con bebés y niños pequeños

La Escuela Dr. Hertzl de Bahía Blanca ha implementado una propuesta innovadora dirigida a las familias con bebés y niños pequeños. Conscientes de la importancia de involucrarlas desde los primeros años de vida, han comenzado a promover actividades mensuales para bebés de hasta dos años. Estas propuestas, pensadas para fomentar la vinculación temprana con la tradición y el judaísmo, han sido una excelente manera de generar un ambiente familiar desde el inicio, en el que tanto padres como niños puedan disfrutar y aprender juntos desde las primeras etapas. Así lo expresan:

“La implementación de actividades para familias con bebés ha sido un gran acierto, ya que fortalece el vínculo comunitario desde los primeros años”.

Fortalecer la red

A partir de la escucha de las necesidades de las diferentes comunidades, armamos encuentros virtuales de formación continua, un grupo de Whatsapp de comunicación fluida, sumado al Encuentro Internacional de Educación Judía presencial, que permiten interconectar estas escuelas, conocernos, compartir e intercambiar necesidades y desafíos concretos; así como propuestas de solución adaptadas a las realidades particulares de cada institución.  

De esta manera los equipos pudieron inspirarse en el trabajo que vienen desarrollando sus pares en diversos puntos del interior del país, y ser a su vez, inspiración a través del propio aporte. Un paso clave fue visibilizar la importancia de estos espacios educativos. Visitar cada institución siempre enriquece las miradas y los diálogos que permiten posibilidades de transformación hacia la mejora.

Miradas hacia el futuro

Las escuelas complementarias se consolidan como espacios vitales de continuidad, memoria y pertenencia. En contextos donde lo judío no está “en el aire”, estas escuelas hacen posible la vivencia, la pregunta y la celebración. Sostienen la posibilidad de elegir el judaísmo como parte de la identidad propia.

Para garantizar la sostenibilidad de estos espacios educativos a largo plazo, será clave continuar fortaleciendo la mejora continua en:

  • Los programas de formación y acompañamiento docente.
  • Ampliar el acceso a recursos educativos de calidad, y desarrollar experiencias de aprendizaje significativas para los estudiantes y sus familias.
  • Promover alianzas interinstitucionales y redes colaborativas entre escuelas.
  • Reconocer el valor estratégico de estas instituciones para el futuro del judaísmo argentino federal.

Agradezco a los equipos directivos de las escuelas mencionadas, que expresaron sus voces, describiendo sus desafíos y el quehacer cotidiano en cada comunidad. 

Imagen 3. Vivienda en la calle Muralla, esquina Habana, Habana Vieja. Foto tomada por la autora.

  1.  Mifné – Estudio sobre la Red Escolar Judía de la República Argentina –2021. AMIA y Universidad Torcuato Di Tella. 2022

1 comentario en “Educación judía complementaria en comunidades pequeñas en las provincias argentinas”

  1. Siento un gran fracaso con la educación judía en el interior.3 nietos de gral Roca Río Negro son de matrimonio mixto y perdieron la gran oportunidad. LA madre judía pero..ni hablar

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